Cuaresma2024

Querida familia Magnificat: El primer paso que san Ignacio de Loyola pide al ejercitante en los Ejercicios espirituales es que se reconozca como criatura. Es el principio y fundamento, el inicio y el cimiento de todo lo demás: «El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir». Adquirir esa postura de criatura es un ejercicio profundamente teologal. En sentido parecido, la Cuaresma se inicia con la misma disposición: la ceniza es el reconocimiento de nuestra criaturalidad caída. Sin ese reconocimiento, difícilmente nos pondremos en manos de Cristo salvador. El itinerario cuaresmal es un «ejercicio», una actitud sostenida en el tiempo que nos encamina hacia la Pascua, donde la criaturalidad caída es salvada y glorificada por Cristo, muerto y resucitado. Desde la criaturalidad «adquirida», será más fácil dejarnos introducir como hijos en la vida divina. Esa es la meta de la Cuaresma. En Jesús y María, Pablo Cervera Barranco

Oraciones para diversas ocasiones  3 2 Oraciones para diversas ocasiones nueva forma de vida. En su luz, que él da libremente a través de la oración, el bautismo, la penitencia y la Eucaristía, vemos la luz. El malvado escucha en su interior un oráculo del pecado: «No tengo miedo a Dios, ni en su presencia». Porque se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida. Las palabras de su boca son maldad y traición, renuncia a ser sensato y a obrar bien; acostado medita el crimen, se obstina en el mal camino, no rechaza la maldad. Señor, tu misericordia llega al cielo, tu fidelidad hasta las nubes; tu justicia hasta las altas cordilleras, tus sentencias son como el océano inmenso. Tú socorres a hombres y animales, ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios! los humanos se acogen a las sombras de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias: porque en ti está la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz. Prolonga tu misericordia con los que te reconocen, tu justicia, con los rectos de corazón; que no me pisotee el pie del soberbio, que no me eche fuera la mano del malvado. Han fracasado los malhechores, derribados, no se pueden levantar. Oraciones para diversas ocasiones Oración para pedir la conversión del corazón Himno Corazón de Jesucristo, abierto por mi amor, ¿hasta cuándo voy a estar así? Corazón de Jesucristo, nido de dolor y de amor, acuérdate de mí. Tú que sabes lo que soy, tú que sabes lo que fui, compadécete de mí. Corazón de Jesucristo, abierto por mi amor, vuelve hoy tu mirada hacia mí. Estoy muerto y nadie queda ya a mi alrededor, acuérdate de mí, solo a ti te tengo ahora cuando el esplendor se apagó y se fueron de aquí. Corazón de Jesucristo, hambriento de mi amor, ¿hasta cuándo voy a ser así? Corazón de Jesucristo, fuente de perdón, vuelve hoy tu mirada hacia mí. Amén. Salmo 35,2-10 La ceguera del corazón es el mayor obstáculo para la transformación de la vida. La conversión cuaresmal comienza cuando reconocemos nuestra necesidad de él. Puede ser aterrador ver y reconocer nuestros fracasos, pero ningún pecado es tan repugnante para que Dios se aparte de quien sinceramente busca un cambio de corazón, el perdón, y una

perdona mi semejanza con el criterio del mundo, que juzga necedad y locura la mentalidad evangélica. – Señor, que fuiste pospuesto a Barrabás: perdona las veces que te pospongo a mis apetencias, caprichos y comodidades. – Señor, que en la flagelación sufriste en tu carne los pecados de impureza: perdona mi sensualidad y mis pecados contra la castidad en pensamiento, palabra y obra. – Señor, que sufriste la coronación de espinas: perdonamis malas intenciones en pensamientos y deseos. – Señor, que fuiste humillado por las burlas: perdona mi resistencia a sufrir humillaciones, mi temor al ridículo. – Señor, que escuchaste la sentencia de Pilato a morir crucificado: perdona mi colaboración con las iniquidades y mi falta de compromiso en la lucha por la justicia. – Señor, que cargaste con la cruz: perdona mi falta de decisión para cargar con mis sufrimientos y seguirte. – Señor, que fuiste ayudado por Simón Cirineo: perdona porque no te ayudo en los necesitados y en los que se desploman bajo su carga. – Señor, que caíste y te levantaste tres veces en el camino del Calvario: perdona mi permanencia en el pecado, mi remisión para levantarme, mi falta de prontitud y sinceridad en la conversión. – Señor, que escuchaste los lamentos de las mujeres de Jerusalén: perdona mi falta de compasión y de identificación con el dolor de mis hermanos. Examen de conciencia en la pasión del Señor Jo r g e d e l a Cu e v a , SJ ( † ) (Entregó su vida a la predicación de los Ejercicios espirituales de san Ignacio y al apostolado en las Congregaciones Marianas.) – Señor, que perseveraste tres horas de oración en Getsemaní: perdona mi falta de oración, mi abandono de la vida de piedad. – Señor, que, al entrar en agonía, orabas conmás insistencia: perdona mi remisión en la oración, distracciones, falta de atención y delicadeza en el trato contigo. – Señor, que por tres veces encontraste a los discípulos dormidos: perdona mi falta de identificación contigo, con tus preocupaciones, con tus intereses y los de tu Iglesia. – Señor, que sentiste en tu mejilla el beso traidor de Judas: perdona mis traiciones, mis hipocresías. – Señor, que sufriste el juicio inicuo del tribunal supremo religioso de Israel: perdona las veces que juzgo a mis hermanos sabiendo que a quien juzgo es a ti. – Señor, que fuiste tres veces negado por tu apóstol Pedro: perdona mis negaciones, mis cobardías y no imitar a Pedro en el arrepentimiento y penitencia. – Señor, que padeciste la soledad oscura del calabozo: perdona mi falta de compañía, especialmente en el Sagrario. – Señor, que soportaste el desprecio de Herodes y sus cortesanos: 18 Examen de conciencia Examen de conciencia 19

– Señor, que estuviste muerto en el regazo de tu Madre: perdóname por no acompañar intensamente a Nuestra Señora en tu pasión, que fue la suya. – Señor, que, al ser sepultado penetraste en el interior de la tierra: perdóname, porque aún no te he dejado penetrar de veras en mi corazón. l – Señor, que fuiste despojado de tus vestiduras: perdona mi falta de desprendimiento y de pobreza, mis apegos, mi ambición y mi codicia. – Señor, que fuiste clavado en la cruz para cumplir los designios de tu Padre: perdona mis rechazos a clavarme a mi deber, a mi trabajo, a mis compromisos, a la voluntad de Dios en mí. – Señor, que perdonaste al ladrón arrepentido: perdona mi falta de reconocerme pobre pecador necesitado de perdón. – Señor, que padeciste insultos e injurias en la cruz: perdona mis impaciencias, mi falta de mansedumbre, mi ira, indignaciones, ofensas a los demás. – Señor, que en la cruz nos diste a tu Madre por nuestra: perdona mi falta de sincera piedad mariana. – Señor, que padeciste sed: perdona mi falta de voluntad de satisfacer tu sed con una entrega decidida. – Señor, a quien dieron vinagre: perdona mi búsqueda de satisfacciones y mi falta de mortificación. – Señor, que padeciste tres horas de agonía: perdona mi rebeldía ante el sufrimiento. – Señor, que dijiste: «Todo lo he cumplido»: perdona mi falta de identificación con la voluntad de Dios. – Señor, que, inclinando la cabeza, entregaste el espíritu: perdona mi resistencia de morir a mi egoísmo. – Señor, que derramaste de tu herida sangre y agua, símbolo del bautismo y la Eucaristía: perdona mi falta de estima y preparación a los sacramentos. 20 Examen de conciencia Examen de conciencia 21

43 42 J UEVE S 1 5 DE F E BR E RO Jueves después de Ceniza «La celebración anual de la Cuaresma es un tiempo favorable, durante el cual se asciende a la santa montaña de la Pascua» (FP 6). Este tiempo santo nos ayuda a realizar una auténtica elección: el camino de Dios en la observancia de sus mandamientos (Dt 30,15ss), dedicando a él toda nuestra vida, incluso perdiéndola para salvarla (Lc 9,22-25). La Cuaresma es un tiempo en función de otro: el de Pentecostés o la Cincuentena pascual. Es un tiempo para poder renovar nuestra alianza con Dios, con todas las exigencias que ello comporta pero con apertura a la esperanza. El seguimiento de Jesús, subiendo con él hacia la Pascua, supone una disposición radical, no un simple esfuerzo para mejorar el carácter o las costumbres. Los ayunos de Moisés, Elías o los ninivitas nos hablan de autenticidad y coherencia. La Cuaresma pretende ayudarnos a poner el acento debido: «Se trata de configurarse con la cruz, de vencer al demonio y de restablecer el equilibrio en el contacto con Dios mediante la oración y en la unión con el prójimo mediante una caridad que llega hasta la limosna y el perdón generoso» (A. Nocent). Hoy podemos orar repitiendo este texto de la palabra divina: «Si morimos con él, viviremos con él» (2 Tim 2,11). Manuel González López-Corps (reflexión basada en Lucas 9,22-25) Padre todopoderoso, dame la gracia de cargar con mi cruz y seguirte, olvidándome de mí mismo y recordando tus promesas eternas, que nunca fallan. Penitencia sugerida para hoy Ofrece tu día por las intenciones de una persona a la que tengas presente todo el día. M I É RCOL E S 1 4 DE F E BR E RO Miércoles de Ceniza «El miércoles que precede al primer domingo de Cuaresma, los fieles cristianos inician, con la imposición de la ceniza, el tiempo establecido para la purificación del espíritu. Con este signo penitencial, que viene de la tradición bíblica y se ha mantenido hasta hoy en la costumbre de la Iglesia, se quiere significar la condición del hombre pecador, que confiesa externamente su culpa ante el Señor y expresa su voluntad interior de conversión, confiando en que el Señor se muestre compasivo para con él. Con este signo comienza el camino de su conversión, que culminará con la celebración del sacramento de la Penitencia en los días que preceden a la Pascua» (Carta circular sobre la preparación y celebración de las fiestas pascuales [FP], 21). LaCuaresma, en sus inicios, comenzaba el próximo domingo, pero en Roma se añadieron los cuatro días precedentes para completar el número sagrado de los cuarenta días de ayuno, ya que el día del Señor nunca se ha considerado día penitencial. En estos días que hoy comenzamos, «la limosna y el ayuno son las alas que ayudan a nuestra oración a subir al cielo» (san Agustín). Hoy las lecturas bíblicas nos presentan el trípode sobre el que se asienta la vida cristiana, de amor a Dios y al prójimo, con tres verbos que han de marcar nuestra existencia: orar, compartir, ayunar. Con esta proclamación, comienza un tiempo favorable, un tiempo de salvación (2 Cor 5,20—6,2). Manuel González López-Corps (reflexión basada en Mateo 6,1-6. 16-18) Padre, dame la gracia de concentrarme con todo mi corazón y mi mente en la justicia de tu reino. Penitencia sugerida para hoy Ofrece tu ayuno del Miércoles de Ceniza por todos aquellos que están atrapados por el pecado.

71 70 Pablo Cervera Barranco San Juan construye este pasaje teniendo en cuenta el libro de los Números. La serpiente de bronce que construye Moisés es figura, anticipo, de la cruz de Cristo. La mordedura de la serpiente es la expresión del pecado. Si en el Antiguo Testamento mirar la serpiente de bronce obtenía la curación, cuánto más lo hará la realización plena de la figura en Cristo: no es algo de bronce, es la carne de Dios, el Dios encarnado que, herido en la cruz por el pecado, lo vence en la resurrección. El evangelista envuelve su evangelio de hoy en la verdadera atmósfera que rodea la cruz: es el amor de Dios, pues tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo. Aquello por lo que el Padre es padre, tener un Hijo, Dios lo entrega como máxima expresión de desprendimiento y de amor: lo pone en nuestras manos y nosotros terminamos con él. La mirada a la cruz ahora es fe, fuente de vida, introducción en la vida divina. Por eso, la fe no es puro asentimiento de verdades, sino adhesión vital a quien nos introduce en la vida eterna. l Padre misericordioso, abre mis ojos para reconocer mi necesidad de ti. Dame la gracia para correr una y otra vez a tu abrazo, que es lo único que satisface los deseos de mi corazón. Penitencia sugerida para hoy Ofrece tu día por alguien que se ha alejado de la fe. «La celebración dominical del día del Señor y de su Eucaristía está en el corazón de la vida de la Iglesia. “El domingo es el día en el que se celebra el misterio pascual, a la luz de la tradición apostólica, y se debe observar como el principal día santo de precepto en la Iglesia universal” (CIC, can. 1246, §1)». (Catecismo de la Iglesia Católica, 2177) DOM I NGO 1 0 DE MAR ZO Cuarto domingo de Cuaresma Lectura del santo evangelio según san Juan 3,14-21 En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eranmalas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios». * * *

95 94 Domingo de Pascua Surrexit Dominus Vere, Alleluia!!! Padre todopoderoso, que el aleluya de la Iglesia llene mi corazón porque tu Hijo ha ganado también para mí la victoria, aun cuando ni siquiera puedo entenderlo. Colaboradores en este número Pablo Cervera Barranco Sacerdote de la archidiócesis de Madrid. Doctor en Teología, Licenciado en Filosofía. Redactor jefe de la edición española de Magnificat. Jorge de la Cueva, SJ (†) Manuel González López-Corps Sacerdote de la archidiócesis de Madrid. Doctor en Liturgia. Colaborador habitual de Magnificat. David Amado Fernández Sacerdote de la archidiócesis de Barcelona. Licenciado en Filosofía. Administrador parroquial de Sant Martí del Clot (Barcelona). Redactor de Magnificat. Gonzalo Mazarrasa Martín-Artajo Sacerdote de la archidiócesis de Toledo. Licenciado en Teología Espiritual y en Teología Dogmática. Itinerante con el Camino Neo-catecumenal en Panamá. Manuel Vargas Cano de Santayana Sacerdote de la diócesis de Getafe. Doctor en Teología. Vicario episcopal del Cerro de los Ángeles (Getafe, Madrid). Colaborador habitual de Magnificat. Javier Igea López-Fando Sacerdote de la archidiócesis de Madrid. Doctor en Astrofísica y Licenciado en Teología. Párroco de Santa Elena (Madrid). Juan Manuel Sierra López Sacerdote de la archidiócesis de Toledo. Doctor en Liturgia. Capellán, profesor y Canónigo Mozárabe. Colaborador habitual de Magnificat.

96 Magnificat Especial Cuaresma 2024 Director de la redacción: Pierre-Marie Dumont Redactor Jefe: Pablo Cervera Barranco Redacción: David Amado Fernández Secretaria de la redacción española: Ángela Pérez García Colaboradores en este número: Jorge de la Cueva, SJ (†); Alejandro López Fernández Meditaciones diarias: David Amado Fernández; Pablo Cervera Barranco; Manuel González López-Corps; Javier Igea López-Fando; Manuel Vargas Cano de Santayana; Gonzalo Mazarrasa Martín-Artajo; Juan Manuel Sierra López Comentarios de los evangelios de los domingos: Pablo Cervera Barranco Secretaría general de redacción (España, Francia, Estados Unidos): Arnaud Gancel Primer secretario de redacción: Georges Boudier Iconografía: Isabelle Mascaras Portada: Georges Boudier Portada: Lamento por Cristo muerto (detalle), Fra Angelico (Ca. 1387-1455), Museo de San Marcos, Florencia. © Nicolò Orsi Battaglini/Bridgeman Images. Magnificat es publicado por Magnificat Inc. con la licencia de la Conferencia Episcopal Española. © Conferencia Episcopal Española, 2015, para los textos litúrgicos. © Magnificat Inc., 2024, para toda la obra. Todos los derechos reservados para todos los países. Impresión : Druckerei C.H.Beck, Nördlingen (Alemania).

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